Donatella nos sorprendió a todos superando la retrospectiva de celebración de la temporada pasada con la sensualidad, el color y estampados abiertos que fueron poderosos e intoxicantes.
El espectáculo inicio con una siluetas fuertes, amplias solapas, cinturas ceñidas por cinturones de Versace con monograma y abrigos con hombros anchos.
El color vibrante en los tartanes y modificaciones en faldas plisadas, mientras que el vendaje de pies a cabeza venía en impresiones reimaginadas, desde cabezas envueltas en bufandas hasta calcetines y medias estampadas.
La mezcla continuó con atuendos impresionantes: camisas de mezclilla metidas en faldas y vestidos con forma de tulipán, que se llevaban con corsés bien envueltos alrededor de camisetas estampadas con el logo.




